Capítulo 11: Profanación de las artes

Tabla de contenidos

1. El arte: Un obsequio de los dioses

2. La inmensa influencia de las artes sobre la humanidad

3. El sabotaje y el abuso del arte por parte del comunismo
a. El arte en países comunistas
b. Los elementos comunistas del avant-garde
c. Inversión de la estética tradicional: Lo feo es arte
d. La perversión de la literatura

Conclusión

Referencias

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1. El arte: Un obsequio de los dioses

La civilización humana ha producido innumerables libros acerca de lo que constituye la belleza verdadera. Los teístas saben que todas las maravillas del mundo provienen del Cielo. El arte profundo es un intento de emular y exhibir la belleza del Cielo en el mundo humano. La inspiración de un artista proviene de los dioses.

Si un artista recibe la iluminación y las bendiciones de los dioses, podrá convertirse en una figura destacada en su ámbito.

Con una fuerte fe y devoción en los dioses, grandes artistas del Renacimiento utilizaron al máximo sus talentos para crear obras de alabanza hacia los dioses. Sus pensamientos rectos y acciones benevolentes recibieron el reconocimiento y la bendición de los dioses. Artistas del periodo del Alto Renacimiento, incluyendo a Da Vinci, Michelangelo y Rafael, lograron una técnica que superó por mucho a sus predecesores y sus pares, como si fuera un milagro. Sus obras –incluyendo pinturas, esculturas y arquitectura– se convirtieron en clásicos eternos para el mundo del arte.

Durante siglos, estas obras fueron un ejemplo noble para la humanidad. Al apreciar estas obras, no solo los artistas de las siguientes generaciones pueden estudiar las técnicas artísticas puras, sino que la gente en general también es capaz de sentir y ver verdaderamente la presencia divina. Cuando se preservan estas obras, las técnicas que las crearon y el espíritu que impregnaba a los artistas, la sociedad humana puede mantener una conexión con los dioses. Así, aun si la sociedad humana atraviese un periodo de decadencia y deterioro, habrá esperanzas para retornar a la tradición y un camino hacia la salvación.

Los mismos principios prevalecen en el ámbito de la música. Como dice un dicho que se habría originado en un teatro de ópera alemán: “Bach nos dio la palabra de Dios. Mozart nos dio la risa de Dios. Beethoven nos dio el fuego de Dios. Dios nos dio la música con la que podemos rezar sin palabras”. Durante toda su vida, Johann Sebastian Bach consideró a la alabanza, la adoración y la devoción a Dios como el principio más alto en la creación de su música. En todas sus partituras importantes, se pueden ver las letras SDG –una abreviatura para “Soli Deo gloria”, que significa “Gloria solo a Dios”.

Este es el reino más alto que puede alcanzar un artista: la materialización de objetos celestiales en el mundo humano mediante una revelación de Dios. Todas las grandes pinturas y esculturas, todas las partituras más sublimes de la música antigua, barroca y del clasicismo, fueron obra de creyentes religiosos y representan el pináculo de la obra artística que el hombre puede alcanzar.

Los tres elementos más importantes de la creación artística son la representación, la creación y la comunicación. Todas las creaciones artísticas tienen un tema, es decir, el mensaje que el autor quiere comunicar más allá de la forma artística, sea un poema, una pintura, una escultura, una fotografía, una novela, una obra de teatro, una coreografía de danza o una película. El artista emite el tema hacia los corazones del lector, oyente o espectador. Este proceso es la comunicación, la transmisión de la mente del artista hacia el receptor.

Para lograr el objetivo de comunicar, el artista debe poseer una habilidad magnífica para imitar y representar –sea que el objeto de imitación sea el mundo de los dioses o el del hombre, o incluso el inframundo. Sobre la base de ese objetivo, que es representar, los artistas pueden comenzar con su creación, la cual es un proceso de refinamiento de los elementos más profundos o esenciales del objeto y de fortalecimiento de su propia expresividad o capacidad de comunicar y llegar al corazón del público. Si el artista posee una fe recta en los dioses y en la moral, los dioses lo dotarán con la inspiración de la creación. Tales obras serán entonces divinas, puras y benevolentes, y beneficiosas tanto para el artista como para la sociedad.

Por otro lado, cuando el artista abandona los estándares morales, elementos negativos se apropian del proceso creativo y fuerzas malignas ejercerán su influencia y usarán al artista para describir creaciones espantosas y monstruosidades del inframundo. Obras de este tipo dañan al autor y a la sociedad en general.

El valor de las artes ortodoxas y tradicionales se vuelve así claro. La cultura y el arte divino en Oriente y Occidente eran conexiones que unían a los dioses con la civilización humana y el propósito era ponerlos en contacto. Las ideas y los mensajes transmitidos mediante este arte son la belleza, la benevolencia, la luz y la esperanza. Por otro lado, las artes corrompidas son creadas por personas bajo el control de elementos malvados. Ponen una división entre el hombre y los dioses y arrastran al hombre hacia el lado maligno.

2. La inmensa influencia de las artes sobre la humanidad

Las grandes obras de arte transmiten un patrimonio, difunden conocimiento y sabiduría y fortifican el carácter. Tanto en Oriente como en Occidente, las grandes obras de arte han tenido una posición eminente en las grandes civilizaciones de la humanidad.

Pitágoras, el antiguo matemático y filósofo griego, creía que el secreto de la música radica en su imitación de la armonía de los cuerpos celestiales, la cual a su vez refleja la armonía del universo. Los antiguos chinos tenían una perspectiva similar. Los clásicos chinos Registros de un Gran Historiador y Clásico de la Música tratan sobre la correspondencia de la música con los cinco elementos, y cómo los instrumentos musicales deberían representar y emular los patrones del Cielo y la Tierra. Solo de esta manera puede la “música del mejor estilo” exhibir “la misma armonía que prevalece entre el Cielo y la Tierra” [1]. En las historias antiguas chinas, esta música era capaz de atraer a la grulla y al fénix, e incluso convocar a seres celestiales.

Confucio dijo: “La Dinastía Zhou tiene ante sí las dos Edades. ¡Qué riqueza la de esta cultura! Yo sigo a Zhou” [2]. Él admiraba la manera en que el Emperador de Zhou gobernaba con rituales y música: “El Emperador-Sabio Shun inventó un instrumento musical de cinco cuerdas, al cual llamó qin, cantó con su melodía sobre la suave brisa de verano del sur, y hete aquí que su imperio estaba bien regulado [bajo la benigna influencia de su música]”. [3]

La Música del Príncipe de Qin dividiendo el frente del enemigo, compuesta por el primer emperador de la Dinastía Tang, Li Shimin, era respetada por las minorías étnicas de los alrededores. El Nuevo libro de Tang registró que en un viaje al Oeste en busca de las escrituras budistas, el rey de uno de los principados le dijo al monje Xuanzang: “Vuestro emperador debe ser un santo, ya que compuso Música del Príncipe de Qin dividiendo el frente del enemigo”. [4]

Durante el reinado de Luis XIV, la corte real francesa desplegaba una gran elegancia a través de la danza y el arte. La danza contenía no solo técnicas de movimientos, sino también etiqueta y normas sociales. Luis XIV inspiró a Europa a través del arte y la cultura de su corte y otras cortes lo imitaron, al igual que la población de Europa en general.

Federico el Grande de Prusia no solo fue un destacado rey, sino también un consumado músico, compositor y flautista. Él ordenó la construcción de la Ópera de Berlín, supervisó la ópera personalmente y la abrió a una mayor gama de clases sociales. Hasta el día de hoy, la ópera sigue siendo una parte importante de la cultura alemana. Estos pocos ejemplos dejan en claro la perdurable influencia que el arte ortodoxo puede ejercer sobre una sociedad.

El arte ortodoxo se ajusta a la ley natural, imita la sabiduría divina y tiene energía y efectos especiales. Tiene un impacto beneficioso sobre la gente, tanto física como espiritualmente. Los artistas ortodoxos no solo trabajan al nivel físico y técnico, sino también, y es el más importante, al nivel espiritual, en su comunión con el tema de la obra. Tales artistas a veces expresan una sensación de experimentar una fuerza superior que trasciende el mundo físico. El efecto es similar a cantar una oda a Dios –una experiencia solemne y divina que trasciende el lenguaje humano.

Para quienes aprecian las bellas artes, estas son un vehículo especial para la comunión con lo divino. Detrás del arte yace la sabiduría acumulada de un pueblo, su creatividad e inspiración. Suelen haber significados profundos que van mucho más allá de lo que se ve en la superficie. Algunas obras transmiten un tipo especial de energía espiritual. Todo esto tiene un efecto sobre los espectadores a un nivel profundo y espiritual. El efecto es singular e irremplazable.

Un buen artista puede influir en la moral de la sociedad, inculcando valores en los corazones de las personas mediante conmovedoras historias e imágenes. Aun aquellos sin mucho aprendizaje o educación pueden entender, inspirarse y captar las lecciones morales que transmite el arte tradicional. En las sociedades tradicionales, consideremos cuántas personas aprendieron a distinguir lo correcto de lo incorrecto, y el bien del mal, mediante historias folklóricas como “La sirenita” y “Blancanieves”. ¿Cuántos chinos aprendieron de las cuatro novelas clásicas de la historia china y de las artes tradicionales del teatro y de la narración de historias? Tales obras muestran principios celestiales al hombre, permiten a la humanidad sentir la grandeza divina y hacen que la gente anhele asimilarse a los principios celestiales.

Los valores degenerados también ejercen una influencia invisible mediante el arte. El profesor Robert McKee escribió en su libro Historia: “Cada historia eficaz nos envía una idea cargada, y consigue que la idea penetre en nosotros de tal forma que debamos creerla. De hecho, el poder persuasivo de una historia es tan grande que debemos creer su significado aun si la encontramos moralmente repelente”. [5]

Tanto en términos positivos como negativos, el arte puede tener un tremendo impacto sobre la moral, el pensamiento y el comportamiento humano. Esto no es una exageración. La sociedad moderna tiene muchos ejemplos para analizar.

El “Efecto Mozart”, por ejemplo, ha llamado la atención en todo el mundo. La comunidad científica ha realizado una serie de estudios sobre la influencia positiva de la música de Mozart sobre la gente y los animales. En 2016, un estudio más profundo sobre el efecto Mozart descubrió que la música de Mozart tiene un efecto positivo en la función cognitiva y el comportamiento del ser humano. Sorprendentemente, reproducir la música de Mozart en reversa tiene un efecto completamente opuesto. La música atonal moderna de Arnold Schoenberg tiene un efecto similar a reproducir a Mozart en reversa, lo que demuestra su carácter dañino. [6]

Comparada con la música atonal, la música de rock tiene un efecto aún más negativo. Un investigador compiló datos de dos ciudades similares: la ciudad donde la radio y la televisión transmitían un gran número de canciones de rock tenía un 50% más de casos de embarazos fuera del matrimonio, abandono de escuela, muertes de jóvenes, crímenes, etc [7]. Algunos tipos de música de rock llegan a hacer que el suicidio parezca razonable. “Ciertamente puede considerarse que sus ritmos oscuros y letras depresivas fomentan el suicidio, y es un hecho irrefutable que los jóvenes extinguen sus vidas mientras la escuchan repetidamente” [8]. Es común que los adolescentes que se suicidan lo hagan como lo describen las letras de rock, y muchos músicos de rock han caído en la depresión, la drogadicción y el suicidio.

Otro conocido ejemplo negativo es la película nacionalista nazi El triunfo de la voluntad. A pesar de que la directora, Leni Riefenstahl, dice que hizo un documental, el film de propaganda mostraba una gran maestría artística. Las grandiosas escenas y exhibiciones de fuerza hacían que el público resonara con la energía y el poder que transmitía. Varios de sus métodos en el manejo de las cámaras y la edición tuvieron una influencia en la industria del cine durante décadas.

Sin embargo, la obra también se convirtió en una pieza crucial de propaganda para Hitler y la Alemania Nazi, y se lo conoce como uno de los films de propaganda más exitosos de la historia. El periódico británico The Independent escribió en 2003: “El triunfo de la voluntad ha seducido a muchos hombres y mujeres sabios, los ha persuadido para admirar en vez de despreciar, y sin duda le ha hecho ganar amigos y aliados a los Nazis en todo el mundo”. [9]

Entender el gran poder del arte puede ayudarnos a entender mejor la importancia del arte tradicional y por qué los elementos malvados quieren socavar, sabotear y degenerar el arte humano.

3. El sabotaje y el abuso del arte por parte del comunismo

Dado que el arte tiene un efecto tan grande para cambiar la sociedad, no es de sorprender que el comunismo lo utilice para lograr su objetivo de manipular socialmente al hombre.

a. El arte en países comunistas

Los partidos comunistas conocen el poder del arte y lo utilizan para lavar el cerebro de la gente y convertir a todas las formas de arte en herramientas para avanzar en su lavado de cerebro. Muchas personas han ridiculizado al PCCh por tener a cantantes y actores con cargos de generales militares. Se preguntan cómo civiles que no han tenido un entrenamiento militar ni tienen experiencia con armas ni con la guerra pueden calificar para ser generales. El PCCh cree que las personas que ocupan esos roles son tan importantes como los hombres entrenados en lo militar para promover y defender la secta comunista –y quizás son hasta más cruciales. Desde ese punto de vista, su rango militar concuerda perfectamente con los principios del partido. Como dijo Mao Zedong, “Debemos también tener un ejército cultural, el cual es absolutamente indispensable para unir nuestros propios rangos y derrotar al enemigo”. [10]

Las actuaciones artísticas en países comunistas son diseñadas para que la gente se olvide de las miserias que sufren bajo el régimen comunista y para cultivar su lealtad al partido a través del arte. Este efecto de propaganda –llamado “trabajo de pensamiento”– no puede lograrse usando meramente el poder marcial.

Comparemos la ceremonia de apertura de las Olimpiadas de Beijing del PCCh –por la cual los contribuyentes tuvieron que pagar una enorme cantidad–, el festival Arirang de canción y danza a gran escala de Corea del Norte, y los grupos de ballet de la ex Unión Soviética. Todos sirven a las necesidades del partido. En septiembre de 2011, cuando el Ministerio de Cultura del PCCh realizó el llamado festival de cultura china “China: Una nación de artes” en el Kennedy Center de Washington, D.C., presentó el ballet clásico del PCCh “El destacamento rojo de las mujeres”, el cual promueve el odio de clases y la violencia comunista.

Si el arte ortodoxo –cercano a lo divino y promotor de valores tradicionales– existiera junto con el arte controlado por el Partido –utilizado para lavar el cerebro al público–, entonces este último perdería su monopolio y no tendría efecto. Por eso es que todos los países comunistas tienen un estricto sistema de censura para las artes y la industrial editorial.

b. Los elementos comunistas del avant-garde

Durante siglos, el arte clásico ha sido transmitido de generación en generación. Esta tradición ha continuado hasta el siglo XX, donde terminó de manera abrupta. La transmisión y la herencia del arte fueron reemplazados por vanguardias radicales y el arte comenzó a degenerarse rápidamente. Como dijo el artista Robert Florczak: “Lo profundo, lo inspirador y lo bello fueron reemplazados por lo nuevo, lo diferente y lo feo. […] Los estándares declinaron hasta el punto de que no hay estándares. Todo lo que quedó es expresión personal” [11]. Así la humanidad perdió su sentido universal de lo estético.

La fuente de esta sarta de nuevos movimientos artísticos está estrechamente relacionada con las tendencias ideológicas influenciadas por el comunismo. Muchos de estos artistas son directamente comunistas o son paracomunistas de algún tipo, o han sido influenciados por estas ideologías.

Georg Lukacs, el comisionado cultural húngaro de la Internacional Comunista y fundador del Marxismo Occidental, fundó la Escuela de Frankfurt. Una de sus tareas fue establecer una “nueva forma cultural”, abandonando la cultura tradicional. Esta nueva forma cultural comenzó excluyendo al arte que representaba lo divino. Como lo puso Herbert Marcuse, socialista alemán y representante de la Escuela de Frankfurt: “El arte protesta estas relaciones [de origen social] y al mismo tiempo las trasciende. Por lo tanto, el arte trastoca la conciencia dominante, la experiencia común”. [12]

Es decir, ellos alistaron al arte en la revuelta contra los dioses y en la subversión de la moral. Este tipo de perspectivas dominan la dirección del arte moderno.

Gustave Courbet, fundador de la escuela realista francesa, participó de la Comuna de París. Fue elegido como miembro del comité de la Comuna y como presidente de la radical Federación de Artistas. Courbet se dedicó a transformar el viejo sistema y a establecer nuevas direcciones artísticas. Ordenó a la Federación demoler un monumento neoclásico, la Columna Vendôme (que luego fue reconstruida). Courbet negaba que los seres humanos hayan sido creados por Dios y estaba decidido a usar el arte para expresar la cosmovisión del proletariado y del materialismo. Es conocido por señalar: “Nunca he visto ángeles o deidades, por lo que no estoy interesado en pintarlos”. [13]

Courbet creía que la reforma de las artes era realmente una revolución. En nombre de la pintura que él llamaba realista, reemplazó la belleza con fealdad. Sus pinturas de desnudos, por ejemplo, se enfocaban en representar los genitales femeninos en particular, lo que supuestamente era un acto revolucionario además de una manera de rebelarse y transgredir la tradición, y de alguna manera incitar así el activismo comunista. El pensamiento y la vida de Courbet es un ejemplo de la estrecha conexión entre la ideología comunista de la revolución y el arte moderno.

Bajo la influencia del pensamiento modernista, el fervor revolucionario de los artistas de fines del siglo XIX produjo una serie de movimientos en el mundo del arte. A diferencia de las escuelas tradicionales de expresión artística, estos eran movimientos de vanguardia que buscaban romper con la tradición de manera explícita. Los intelectuales socialistas fueron los primeros en utilizar el término “vanguardia”, o “avant-garde” en francés, para describir movimientos artísticos que concordaban con sus aspiraciones políticas.

A fines del siglo XIX, estas influencias produjeron el impresionismo. Desde entonces, los artistas modernos abandonaron las exigencias de la pintura al óleo tradicional, incluyendo la necesidad de precisión, proporción, estructura, perspectiva y transiciones entre luces y sombras. El neoimpresionismo (puntillismo) y el postimpresionismo que le siguieron se centraron en la exploración de los sentimientos personales del artista. Figuras representativas de dicha escuela incluyen a Georges-Pierre Seurat y a Vincent van Gogh, ambos involucrados en el socialismo [14]. Van Gogh era adicto al ajenjo y sufría una enfermedad mental, y sus pinturas parecen reflejar esas tendencias.

Las obras de arte contienen los mensajes que sus creadores quieren transmitir y son el medio por el cual sus autores se comunican con su público. Los artistas del Alto Renacimiento transmitían compasión y belleza a su público. Comparemos eso con los artistas contemporáneos, quienes exudan mensajes negativos y oscuros. Los artistas modernos abandonan sus propios pensamientos y permiten que entidades fantasmales de bajo nivel los controlen. Ellos generalmente son incoherentes y se ven confundidos, y así son sus obras –oscuras, negativas, confusas, grises, depresivas, decadentes y desordenadas.

Luego del impresionismo vinieron el expresionismo y el fauvismo, seguidos por el cubismo de Picasso. En 1944, Picasso se unió al Partido Comunista Francés. En su carta “Por qué me convertí en comunista”, dijo: “Mi adhesión al Partido Comunista es la consecuencia lógica de toda mi vida, de toda mi obra. […] Sí, tengo conciencia de haber luchado siempre a través de mi pintura, como un verdadero revolucionario.  Pero ahora he comprendido que esto no basta; estos años de represión terrible me han demostrado que debo combatir no solamente con mi arte, sino con todo mi ser”. [15]

Picasso instó a romper con los métodos clásicos de la pintura. Para él, todo era un pedazo de masa para recoger y moldear como le plazca. Cuanto más escalofriantes eran sus obras, más feliz se ponía. El proceso de crear imágenes monstruosas es el proceso de destruir una imagen al punto de que nadie puede entenderla. Incluso a Georges Braque, el artista moderno que cofundó el cubismo junto con Picasso, no le gustaban sus Les Demoiselles d’Avignon y decía que Picasso debería haber tomado un sorbo de petróleo para escupir fuego sobre el cuadro. [16]

Marcel Duchamp, fundador del movimiento artístico Dada, también quiso subvertir y rebelarse contra la tradición con su exhibición y utilización de objetos. Él reutilizaba objetos encontrados y los convertía en las tales ‘instalaciones’ de arte. Duchamp era llamado el padre del arte conceptual y promovía la idea de que cualquier cosa podía ser considerada arte. El movimiento dadaísta es en sí un proyecto comunista, tal como lo evidencia el manifiesto de los dadaístas de Berlín, que abogaban por una “unión revolucionaria internacional de todos los hombres y mujeres creativos e intelectuales sobre la base del comunismo radical”, además de “la inmediata expropiación de la propiedad” y la “inmediata regulación de todas las relaciones sexuales según las perspectivas del Dadaísmo internacional mediante el establecimiento de un centro sexual dadaísta”. [17]

La crítica del dadaísmo a la tradición evolucionó hacia el surrealismo en Francia, representado por el comunista André Breton, quien promovía la revolución. Él estaba en contra de la supuesta represión que provocaban la razón, la cultura y la sociedad –perspectivas típicas de los artistas modernos de Europa en esa época. Los movimientos artísticos que tomaron y ampliaron estos principios incluyen al arte abstracto, al minimalismo y al arte pop. El arte abstracto se trata de la expresión emocional de rebelión, desorden, vacío y evasión de la realidad. Todas estas escuelas son una especie de postmodernismo, el cual tiene la intención de anular toda regla, racionalidad y moral [18]. En su forma más indignante, estos artistas crean obras que profanan abiertamente la imagen de María, madre de Jesús, y otros dioses. [19]

No todos los artistas modernos apoyan la política de izquierda, pero claramente hay ideas en común con el pensamiento comunista, es decir, el rechazo a lo divino y el intento de reemplazar a Dios como el punto de partida para entender la vida humana. Estos ‘ismos’ llegaron a ejercer una influencia cada vez mayor en la esfera pública y han llegado a marginalizar por completo al arte clásico.

c. Inversión de la estética tradicional: Lo feo es arte

Las numerosas escuelas de arte moderno que han aparecido y se han desarrollado comparten varias cosas en común: la estética convencional está invertida. Toman a lo feo como bello, y el objetivo es estremecer, al punto de ser tan espantoso como lo permita la imaginación del artista.

Marcel Duchamp firmó su nombre en un mingitorio y lo llamó “Fuente”, y su idea era exhibirlo ante el público en Nueva York. Aunque la exposición del objeto fue denegada, el gesto fue considerado una broma inteligente entre los colegas de Duchamp en el mundo del arte, y artistas y académicos posteriores han llegado a considerarlo la cima de la creatividad. Este era un momento del mundo del arte en el que la pintura clásica con caballete era marginada y el arte de la instalación se volvió prominente. En 1958, Yves Klein realizó la exposición ‘Vacío’ en la Galería Iris Clert de París, donde las obras en exhibición resultaron ser paredes vacías.

En 1965, una importante figura de la vanguardia alemana de posguerra, Joseph Beuys, cubrió su cabeza con miel y láminas de oro y se puso a murmurar sin parar durante tres horas con una liebre muerta en sus brazos; esa era su obra “Cómo explicar imágenes a una liebre muerta”. Según la perspectiva de Beuys, cualquiera puede ser un artista. Hay una anécdota en la que un espectador escéptico no pudo evitar cuestionarlo: “Hablas de cualquier cosa bajo el sol, ¡excepto arte!” A lo que Beuys habría respondido: “¡Cualquier cosa bajo el sol es arte!” [20]

En 1961, Piero Manzoni, una figura clave del avant-garde, colocó sus propias heces en 90 latas, a las cuales llamó obras de arte, y las puso a la venta con el nombre de “Merda d’artista” (Mierda de artista). En 2015, una de las latas fue vendida en Londres por un precio récord de 182.500 libras, unos USD 240.000, cientos de veces el precio de ese mismo peso en oro. También firmó con su nombre las nalgas de una mujer desnuda, y llamó a la ‘obra’ “Sculture viventi” (Escultura viva).

En China hubo un “artista” desnudo que cubrió su cuerpo con miel y aceite de pescado para atraer a las moscas. La profanación del cuerpo parece tener la intención de comunicar la idea de que la vida es barata, fea y asquerosa.

En el documental de la BBC Beijing Swings sobre “artistas extremos” en China, el llamado arte de performance incluía el consumo del cadáver de un feto. Waldemar Januszczak, presentador en el documental, comentó: “China está produciendo el arte más horrible y oscuro de todos los lugares del mundo” [21]. De hecho, este es el resultado de perseguir la naturaleza demoníaca. Algunas de estas llamadas obras de arte modernas son tan sucias y descaradas que exceden lo que la gente normal puede soportar mentalmente. Tales comportamientos del avant-garde es la Revolución Cultural del mundo del arte.

Quienes apoyan al modernismo se sienten como patos en el agua con la tendencia, pero es duro para los artistas verdaderamente talentosos en cuanto a técnica. Los artistas plásticos y escultores que se adhieren a la tradición, que dominan su arte mediante una meticulosa práctica, han sido excluidos del mundo artístico. John William Godward, el pintor neoclasicista de la Inglaterra victoriana asociado a la Hermandad Prerrafaelita, se sintió discriminado porque su estilo de pintura realista clásico dejó de ser popular con el ascenso de las obras modernistas de Picasso. En 1922 se suicidó, y se dice que en su nota de despedida escribió: “El mundo no es lo suficientemente grande para mí y un Picasso”. [22]

Para arruinar la música se adoptaron métodos similares. La música auténtica se conforma a la teoría y el orden musical. La afinación musical y los tonos y escalas que produce derivan de patrones naturales armoniosos. El universo creado por los dioses es armonioso. Los humanos son capaces de apreciar y participar en la armonía del universo, creando así belleza, dado que los humanos también han sido creados por los dioses.

La música atonal moderna rechaza las ideas de tonos, acordes y melodía, y carece de orden y estructura. Dicha música es una revuelta contra la música clásica impartida por los dioses. La música atonal viola la armonía del universo, por eso es que muchos oyentes la encuentran desagradable. Los músicos modernistas argumentan, basados en sus retorcidas teorías de la estética, que los oyentes deben entrenar sus oídos para acostumbrarse a esa música a fin de poder disfrutarla.

Arnold Schoenberg, uno de los fundadores de la música moderna, presentó el “sistema de doce tonos”, una estructura fundamentalmente atonal que marcó la creación de la técnica musical anticlásica. La música de Schoenberg fue considerada como la negación de toda la cultura musical alemana hasta ese entonces, una traición al gusto, el sentimiento, la tradición y a todos los principios de la estética. Los alemanes de esa época consideraron a su música como “cocaína”: “Tocar [la música de] Schoenberg significa lo mismo que abrir un bar de cocaína para la gente. La cocaína es veneno. La música de Schoenberg es cocaína” [23]. En generaciones posteriores, un crítico musical lo evaluó así: “Es una medida de la inmensidad del logro del hombre que, cincuenta años después de su muerte, todavía puede vaciar cualquier sala sobre la Tierra”. [24]

Lo que llevó a la amplia aceptación de Schoenberg fueron las teorías musicales de Theodor W. Adorno, una importante figura de la Escuela de Frankfurt. En su obra de 1949, Filosofía de la música moderna, Adorno intentó utilizar la teoría para demostrar que el método de doce tonos de Schoenberg era la cima de la composición musical. Esto allanó el camino para que generaciones posteriores de compositores y críticos musicales aceptaran el sistema de Schoenberg [25]. Desde entonces, numerosos músicos han emulado a Schoenberg, y su estilo vanguardista ha tenido un gran impacto en el mundo de la música de posguerra.

Después de destruir la tradición con música moderna, el arte vanguardista utilizó al rock and roll para suplantar el rol de la música clásica en la vida de la gente. Sidney Finkelstein, el principal teórico musical del Partido Comunista de EE. UU., declaró abiertamente que había que eliminar los límites entre lo clásico y lo popular [26]. Más o menos en esa época, la música de rock fuertemente rítmica se iba afianzando en Estados Unidos a medida que la música clásica y tradicional era excluida y marginada. [27]

Las características del rock and roll incluyen sonidos discordantes, melodías sin estructura, compases de ritmo fuerte y conflictos emocionales y contradicciones –bastante similar a la idea de lucha del comunismo. De acuerdo con Registros del Gran Historiador, del historiador antiguo más importante de China, Sima Qian, solo cuando un sonido concuerda con la moral puede ser llamado música. En general, las vidas de los músicos de rock están llenas de sexo, violencia y drogas.

Después del rock and roll, otras formas de música, como el rap, aparecieron en Estados Unidos y se hicieron populares. Las letras del rap están repletas de insultos y obscenidades, y la música deja bien en claro su rebelión contra la tradición y la sociedad mediante el uso de drogas, violencia, insultos y promiscuidad [28]. A medida que decae la moral de la sociedad en general, tales “formas de arte”, antes consideradas subculturas, se han hecho paso hacia la sociedad general e incluso sedes importantes de espectáculos buscan presentarlas.

Hasta ahora nos hemos enfocado en las circunstancias actuales en el mundo del arte y de la música. De hecho, todo el mundo artístico se ha visto gravemente impactado, y la influencia del movimiento del arte moderno se puede ver en la desviación de las ideas, métodos y habilidades tradicionales en ámbitos como el de la escultura, la arquitectura, la danza, la decoración, el diseño, la fotografía, el cine y más. Muchas personas relacionadas al arte moderno están fuertemente influenciadas por la ideología comunista. Por ejemplo, la fundadora de la danza moderna, Isadora Duncan, era bisexual y atea. Ella se oponía al ballet, y decía que era algo feo y antinatural. Junto a cien estudiantes, bailó en Moscú para Lenin y usó a “La Internacional” como el principal tema de la danza. [29]

En cuanto a por qué existen estas desviaciones y por qué se vuelven tendencia y hasta la corriente dominante en la sociedad, esto está estrechamente relacionado con la manera en que el comunismo ha corrompido las artes tradicionales inspiradas en los dioses. Por supuesto, esto no es evidente en la superficie y la situación pareciera ser una especie de autoengaño ampliamente aceptado: la noción de que si tiene alguna teoría detrás, entonces es arte.

Si la gente presta atención a las diferencias entre el arte vanguardista y el arte tradicional, se darán cuenta de que los artistas del Renacimiento no solo usaban al arte para alabar a Dios, sino que más que nada presentaban la belleza de una manera que provocaba sentimientos de verdad y bondad en el corazón humano, y así, ayudaban a mantener la moral de la sociedad.

Por otro lado, las diversas formas mutantes del avant-garde intentan revertir todos los logros del Renacimiento. Llevan a la gente a sentirse atraída por la fealdad, lo que hace emerger la naturaleza demoníaca: oscuridad, decadencia, depravación, violencia, maldad y demás pensamientos negativos ganan fuerza. La calumnia moderna hacia los dioses ha llevado a la gente de hoy a apartarse no solo de Dios sino también de su propia divinidad interna, la comunidad, los valores tradicionales y la moral. [30]

d. La perversión de la literatura

La literatura es una forma de arte especial. Utiliza el lenguaje para transmitir la sabiduría que los dioses han otorgado a la humanidad y también deja un registro de las valiosas experiencias de vida del hombre. Las dos grandes epopeyas de la antigua Grecia, La Ilíada y La Odisea, retratan un complejo relato histórico en torno a la época de la Guerra de Troya, presentando vívidamente tanto a hombres como a dioses y pintando un gran lienzo de historia. Las virtudes de valentía, generosidad, sabiduría, justicia y templanza son alabadas en las epopeyas y se han convertido en una importante fuente del sistema de valores de los griegos y de toda la civilización occidental.

Debido a la gran influencia que tiene la literatura sobre la gente, los elementos malvados controlan a las personas, especialmente a humanos perdidos que anhelan fama y fortuna, para preparar y promover obras de literatura que impartan la ideología del comunismo, que difamen a la cultura tradicional, que destruyan la moral de la gente y que difundan el pesimismo, la basura y una actitud de pasividad y de sinsentido hacia la vida. La literatura se ha convertido en una de las herramientas principales que los elementos comunistas utilizan para controlar al mundo.

Algunas obras influyentes promueven directamente la ideología comunista. Después de ser suprimida la Comuna de París, Eugene Pottier, uno de sus miembros, escribió “La Internacional”, la cual dice: “Nunca ha habido un salvador del mundo, ni deidades, ni emperadores de los cuales depender”. Y amenaza: “¡El viejo mundo debe ser destruido!”. “La Internacional” se convirtió en la canción oficial de la Primera y la Segunda Internacional y se convirtió en la canción oficial del Partido Comunista Chino. Es muy utilizada en las reuniones y en las obras literarias de los países comunistas de todo el mundo.

En la historia de la Unión Soviética y del PCCh, a fin de lavar el cerebro al público en general, los respectivos partidos comunistas les dijeron a sus intelectuales que retrataran, mediante técnicas tradicionales, la vida del proletariado y el concepto de conciencia de clase para así explicar la ideología y las políticas del partido comunista. Esto dio lugar a una gran cantidad de obras literarias, incluyendo las novelas soviéticas El torrente de hierro y Así se rompió el acero, y las obras del PCCh La canción de los jóvenes, El sol brilla sobre el río Sanggan, etc, todas las cuales tuvieron un gran impacto como propaganda. El Partido Comunista califica a este estilo de obras como “realismo socialista”. Mao Zedong generalizó la función de este tipo de literatura como “servir a los trabajadores, los campesinos y los soldados” y “servir al proletariado” [31]. La capacidad de este tipo de literatura para inocular la ideología es evidente y bien conocida. Sin embargo, los métodos del comunismo para utilizar la literatura con el fin de destruir a la humanidad no se limitan a esto.

Lo siguiente resume algunos de los principales efectos que tiene la literatura de influencia comunista.

Utilizar la literatura para destruir a la tradición. Un paso principal para la destrucción de la humanidad ha sido calumniar la civilización tradicional que los dioses concedieron a la humanidad. Sea en China o en Occidente, los elementos comunistas utilizan a los intelectuales con pensamientos modernos para crear y promover obras que distorsionan o difaman a la cultura tradicional.

Durante el Movimiento de Nueva Cultura de China, el autor Lu Xun se hizo famoso por atacar agresivamente a la tradición y denunciar la antigüedad de China. En su primera novela, Diario de un hombre loco, utilizó al protagonista para declarar que toda la historia china podía resumirse en dos ideogramas: “come hombres”. Lu Xun recibió elogios de Mao como “el emblema más grande y valiente del ejército de la nueva cultura” y “comandante de la revolución cultural de China”. Mao también dijo: “El camino que tomó fue el camino mismo de la nueva cultura nacional de China”. [32]

En Europa en 1909, el poeta italiano Marinetti publicó el Manifiesto Futurista, que abogaba por un rechazo total a la tradición y por celebrar a las máquinas, la tecnología, la velocidad, la violencia y la competencia. El poeta y comunista ruso Vladimir Mayakovsky publicó Cachetazo en el rostro del gusto del público en 1913, expresando también su determinación a romper con la literatura tradicional rusa.

Defender retratos espantosos como la ‘realidad’. Hoy en día, intelectuales y artistas utilizan a la literatura y las artes para retratar cosas o escenas que son feas, extrañas y horrorosas con la excusa de que están meramente mostrando las cosas como son.

El arte tradicional transmite armonía, elegancia, claridad, control, decoro, equilibrio, universalidad e ideales, lo cual requiere de selección y elección. Según la perspectiva de los artistas modernos, tales obras no pueden ser consideradas reales. Tal perspectiva en realidad se origina en un malentendido sobre el origen y la función del arte. El arte se origina de la vida diaria, pero debería trascender la vida diaria para deleitar e instruir. Debido a esto, durante el proceso creativo los artistas deben seleccionar, refinar y procesar lo que quieren retratar. Enfocarse ciegamente en el “realismo” restringe artificialmente los límites de la vida y el arte. Si este tipo de realismo absoluto es arte, entonces todo lo que cada uno ve y escucha sería arte, en cuyo caso, ¿para qué gastar tiempo y dinero formando artistas?

Usar la literatura para corromper los valores morales. Pretextos como “expresar tu verdadero ser”, la “corriente de la conciencia”, etc., llevan a la gente a abandonar los estándares morales tradicionales y a entregarse al lado demoníaco de la naturaleza humana. Un ejemplo de esto es lo que escribió el poeta y comunista francés André Breton en el Manifiesto Surrealista al definir su nueva literatura: “Automatismo psíquico en su estado puro, mediante el cual uno propone expresar –verbalmente, por medio de la palabra escrita o de cualquier otra manera– el funcionamiento verdadero del pensamiento. Dictado por el pensamiento, en ausencia de todo control ejercido por la razón, exento de cualquier preocupación estética o moral”. [33]

La escritura de la “corriente de la conciencia” y la “escritura automática” surrealista están estrechamente relacionadas. Influenciados por la psicopatología de Sigmund Freud, algunos escritores de Occidente comenzaron a experimentar con el estilo de escritura de la corriente de la conciencia desde principios del siglo XX. Tales escrituras suelen tener argumentos simples y se enfocan en los procesos de pensamiento internos y privados de personajes insignificantes (antihéroes) mediante relatos compuestos de pensamientos libres.

Los seres humanos contienen el potencial tanto de bondad como de maldad. Una vida debería dedicarse a la constante elevación de sus estándares morales y a la cultivación de la virtud mediante el autocontrol. En la sociedad moderna, muchas personas experimentan malos pensamientos y deseos. Ponerlos en exhibición para que el público los consuma es equivalente a contaminar la sociedad.

Desatar el lado oscuro del hombre como ‘crítica’ y ‘protesta’. Bajo la influencia del sentimiento antitradicionalista, escritores y artistas del mundo libre de Occidente consideran a todas las leyes, regulaciones y códigos morales como restricciones y supresiones. Ellos ven problemas en la sociedad moderna y en la debilidad de la naturaleza humana, pero en vez de tratarlos con racionalidad, promueven el individualismo extremo mediante la crítica y la protesta, y se entregan a sus deseos. Utilizan formas degeneradas para expresar la supuesta resistencia, mientras al mismo tiempo refuerzan el lado oscuro de su propia naturaleza y se entregan al odio, la pereza, el deseo, la lujuria, la agresividad y la búsqueda de fama. La falta de autocontrol moral no resolverá ninguna cuestión social, y en cambio, las empeorará.

Durante el movimiento de contracultura de los años 1960, el poeta estadounidense Allen Ginsberg se convirtió en el representante de la Generación Beat y aún sigue siendo adorado hoy en día por quienes quieren rebelarse contra la sociedad. Su poema “Aullido” describe estilos de vida y estados mentales extremos, incluyendo el alcoholismo, la promiscuidad sexual, las drogas, la sodomía, la automutilación, la prostitución, el ataque violento, el robo, el vagabundeo y la locura. A medida que el movimiento contracultura se fue institucionalizando, “Aullido” llegó a ser considerado un clásico de la literatura y fue incluido en numerosas colecciones literarias. Ginsberg admitió haber sido un comunista en sus primeros años y que no se arrepentía de ello [34]. Idolatraba a Fidel Castro y a otros dictadores comunistas y promovía la homosexualidad y la pedofilia. Ginsberg es una clara manifestación de la afinidad entre comunismo y el individualismo extremo.

Difusión de pornografía mediante la literatura. Desde principios del siglo XX, comenzó a aparecer contenido sexual explícito en obras literarias, algunas de las cuales estaban llenas de dicho contenido y aun así fueron consideradas clásicos de la literatura. Muchos comentaristas e intelectuales abandonaron sus responsabilidades sociales y elogiaron a tales obras pornográficas como verdaderas obras maestras del arte. Es sabido que muchos valores morales tradicionales se basan en la abstinencia. Romper con tales restricciones, sin importar lo noble que suene la justificación, afecta y destruye la moral.

Deshumanizar a la gente mediante la literatura. En las últimas décadas, a medida que la cultura se fue volviendo cada vez más confusa, aparecieron una gran cantidad de géneros de ficción, incluyendo obras de suspenso y horror, lo sobrenatural y la fantasía. A través de tales obras, los elementos de bajo nivel pueden controlar los cuerpos y mentes de las personas, lo que resulta en la deshumanización de los seres humanos.

La gente dice que “tres pies de hielo no se acumulan en un día de frío”. También requiere un largo periodo de tiempo y la participación de muchos ámbitos para degradar a la literatura al punto que se convierta en una herramienta del diablo. El Romanticismo amplió la cobertura de la literatura sobre las vidas de la gente, mientras que algunos fenómenos feos y bizarros, incluyendo estados mentales extremos y dementes, se presentaron para consumo público. Varios poetas británicos románticos fueron apodados “La escuela satánica” debido al contenido inmoral de sus poemas.

El realismo usa la excusa de presentar la realidad para expresar el lado degenerado de la naturaleza humana. Ciertas obras enfatizan los pensamientos retorcidos y la conducta inmoral. Un crítico llamó al realismo como “romanticismo en cuatro patas” [35]. Por ejemplo, la filosofía del naturalismo, como la promovía Jean-Jacques Rousseau, atribuía la decadencia de la moral humana al ambiente social y a la genética familiar, removiendo así la responsabilidad moral del sujeto. El esteticismo promueve el “arte por el arte mismo” y dice que el arte es simplemente para brindar un estímulo sensorial y que no conlleva ningún imperativo moral.

De hecho, el arte tiene efectos sutiles, profundos y duraderos en el sentido moral. Negar la responsabilidad moral del arte es abrir la puerta para que se metan cosas inmorales. No podemos negar el hecho de que diferentes escuelas literarias generaron algunas obras de buena calidad, pero también hay mezcladas obras horribles. Aunque no podemos decir que los elementos comunistas manipularon directamente estas tendencias literarias, los elementos negativos son obviamente el resultado de la decadencia de los valores morales. Esto allanó el camino para que la ideología comunista destruyera a la humanidad mediante la literatura.

Cuando una persona escribe algo, su estándar moral y su estado mental se reflejan en su obra. Con la decadencia general de la moral humana, la mentalidad negativa de los escritores se vuelve dominante. Esto ha creado numerosas obras que en vez de querer que la bondad emerja en la gente, arrastran a las personas hacia el infierno.

Conclusión

El arte tiene un poder enorme. Una buena obra de arte puede rectificar el corazón humano, elevar la moral, armonizar el yin y el yang e incluso permitir que los seres humanos se conecten con el Cielo, la Tierra y todos los seres celestiales.

En el siglo pasado, el espectro del comunismo se aprovechó de la malicia y la naturaleza demoníaca del hombre, motivando la creación de una enorme variedad de “artes”. Esto llevó a la gente a rebelarse y blasfemar a Dios, oponerse a la tradición y a dar un vuelco a la moral. Esto ha tenido el efecto de convertir a gran parte de la sociedad en algo demoníaco, lo cual sería tremendamente estremecedor para una persona de los tiempos antiguos.

Comparadas con la belleza de las artes tradicionales, las artes modernas son extremadamente feas. Los estándares estéticos humanos han sido destruidos. El arte de vanguardia se ha convertido en el arte dominante y maneja vastas sumas de dinero. Artes nobles y tradicionales se han convertido en objeto de burla. El arte ha sido manipulado para convertirlo en un vehículo para que la gente se entregue a sus deseos y dé rienda suelta a su naturaleza demoníaca. Los límites entre belleza y fealdad, elegancia y vulgaridad, bondad y maldad están difusos o ya ni existen. Lo grotesco, lo caótico y lo oscuro han tomado el lugar de los valores universales. La sociedad humana está llena de mensajes demoníacos y los seres humanos están siendo conducidos hacia un camino de decadencia y destrucción.

Solo al elevar la moral y regresar a la fe y la tradición la humanidad podrá ver otro renacimiento de las artes. Solo entonces podremos ver toda la belleza, nobleza y esplendor que puede lograr el arte y lo que está destinado a ser.

Capítulo 10Capítulo 12 (Parte 1)

Referencias

[1] Record of Music,” Classic of Rites, Chinese Text Project,   https://ctext.org/liji/yue-ji?filter=435370&searchmode=showall#result

[2] Confucius, Lunyu, 3.14

[3] Sima Qian, “A Treatise on Music,” Records of the Grand Historian, Vol. 24.

[4] Ouyang Xiu and Song Qi, New Book of Tang, Vol. 237.

[5] Robert McKee, Story: Style, Structure, Substance, and the Principles of Screenwriting (New York: Harper-Collins Publishers, 1997), 129–130.

[6] Yingshou Xing, et al., “Mozart, Mozart Rhythm and Retrograde Mozart Effects: Evidences from Behaviours and Neurobiology Bases,” Scientific Reports Vol. 6, Article #: 18744 (2016), https://www.nature.com/articles/srep18744.

[7] David A. Noebel, The Marxist Minstrels: A Handbook on Communist Subversion of Music, (Tulsa, Okla.: American Christian College Press, 1974), 58–59.

[8] David Cloud, “Rock Music and Suicide,” Way of Life Literature, December 20, 2000, https://www.wayoflife.org/reports/rock_music_and_suicide.html.

[9] Val Williams, “Leni Riefenstahl: Film-maker Who Became Notorious as Hitler’s Propagandist,” The Independent, September 10, 2003, https://web.archive.org/web/20090830045819/http://www.independent.co.uk/news/obituaries/leni-riefenstahl-548728.html.

[10] Mao Tse-tung, n.d., “Talks at the Yenan Forum on Literature and Art,” accessed July 10, 2018, https://www.marxists.org/reference/archive/mao/selected-works/volume-3/mswv3_08.htm.

[11] Robert Florczak, Why Is Modern Art So Bad? PragerU, https://www.youtube.com/watch?v=lNI07egoefc

[12] Herbert Marcuse, The Aesthetic Dimension: Toward a Critique of Marxist Aesthetics (Boston: Beacon Press, 1978), ix.

[13] “Gustave Courbet Quotes,” http://www.azquotes.com/author/3333-Gustave_Courbet.

[14] Tony McKenna, “Vincent van Gogh,”  Taylor & Francis Online, Critique: Journal of Socialist Theory, 2011, “Vincent van Gogh,” Critique Vol. 39 (2), 2011: 295–303, https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/03017605.2011.561634.

[15] Pablo Picasso, “Por qué me he adherido al Partido Comunista” https://blogs.cul.columbia.edu/schapiro/2010/02/24/picasso-and-communism/. Ver también “Picasso, the FBI, and Why He Became a Communist | On Archiving Schapiro,” accessed July 11, 2018, https://blogs.cul.columbia.edu/schapiro/2010/02/24/picasso-and-communism/

[16] Robert Hughes, The Shock of the New: The Hundred-Year History of Modern Art—Its Rise, Its Dazzling Achievement, Its Fall (London: Knopf, 1991), 24. See also https://www.moma.org/learn/moma_learning/pablo-picasso-les-demoiselles-davignon-paris-june-july-1907

[17] Richard Huelsenbeck and Raoul Hausmann, “What Is Dadaism and What Does It Want in Germany?” in Robert Motherwell, ed., The Dada Painters and Poets: An Anthology, 2nd ed., (Cambridge, Mass.: Belknap Press, 1989).

[18] Michael Wing, “Of ‘-isms,’ Institutions, and Radicals: A Commentary on the Origins of Modern Art and the Importance of Tradition,” The Epoch Times, March 16, 2017, https://www.theepochtimes.com/of-isms-institutions-and-radicals_2231016.html.

[19] Katherine Brooks, “One of The World’s Most Controversial Artworks Is Making Catholics Angry Once Again,” Huffington Post, May 13, 2014, https://www.huffingtonpost.com/2014/05/13/piss-christ-sale_n_5317545.html.

[20] “Joseph Beuys: The Revolution Is Us,” Tate, https://www.tate.org.uk/whats-on/tate-liverpool/exhibition/joseph-beuys-revolution-us.

[21] Ben Cade, n.d., “Zhu Yu: China’s Baby-Eating Shock Artist Goes Hyperreal,” Culture Trip, accessed July 26, 2018, https://theculturetrip.com/asia/china/articles/zhu-yu-china-s-baby-eating-shock-artist-goes-hyperreal/.

[22] Brad Smithfield, “‘The World Is Not Big Enough for Me and a Picasso’: The life and Artwork of John William Godward,” The Vintage News, January 10, 2017, https://www.thevintagenews.com/2017/01/10/world-not-big-enough-picasso-life-artwork-john-william-godward/.

[23] Walter Frisch, ed., Schoenberg and His World (Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1999), 94.

[24] Norman Lebrecht, “Why We Are Still Afraid of Schoenberg,” The Lebrecht Weekly, July 8, 2001, http://www.scena.org/columns/lebrecht/010708-NL-Schoenberg.html.

[25] Golan Gur, “Arnold Schoenberg and the Ideology of Progress in Twentieth-Century Musical Thinking,” Search: Journal for New Music and Culture 5 (Summer 2009), http://www.searchnewmusic.org/gur.pdf.

[26] Ibid.

[27] David A. Noebel, The Marxist Minstrels: A Handbook on Communist Subversion of Music, 44–47.

[28] Jon Caramanica, “The Rowdy World of Rap’s New Underground,” New York Times, June 22, 2017, https://www.nytimes.com/2017/06/22/arts/music/soundcloud-rap-lil-pump-smokepurrp-xxxtentacion.html.

[29] “Politics and the Dancing Body,” Library of Congress, https://www.loc.gov/exhibits/politics-and-dance/finding-a-political-voice.html.

[30] Michael Minnicino, “The New Dark Age: The Frankfurt School and ‘Political Correctness,’” reprinted from Fidelio Magazine (Winter 1992), accessed Aug. 13, 2018, http://archive.schillerinstitute.org/fid_91-96/921_frankfurt.html.

[31] Mao Zedong, “Talks at the Yenan Forum on Literature and Art,” 1942, Selected Works of Mao Tse-Tung, (Marxists.org), https://www.marxists.org/reference/archive/mao/selected-works/volume-3/mswv3_08.htm.

[32] Mao Zedong, “On New Democracy,” 1940, Selected Works of Mao Tse-Tung (Marxists.org), accessed August 13, 2018, https://www.marxists.org/reference/archive/mao/selected-works/volume-2/mswv2_26.htm.

[33] André Breton, “Manifesto of Surrealism,” https://www.tcf.ua.edu/Classes/Jbutler/T340/SurManifesto/ManifestoOfSurrealism.htm.

[34] Allen Ginsberg, “America,” https://www.poetryfoundation.org/poems/49305/america-56d22b41f119f.

[35] Irving Babbitt, Rousseau and Romanticism (Boston: Houghton Mifflin,1919), 104.

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